lunes, 22 de agosto de 2011

El Fracaso Escolar en Panamá


En las últimas décadas, la educación en Panamá ha bajado de calidad, se culpa a los docentes de no utilizar metodologías adecuadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La pregunta que muchos se han formulado es ¿Qué papel juegan los padres de familia en éste proceso?  Son ellos que también deben velar por la educación de sus hijos y no dejarle la tarea a los educadores; esta es una labor conjunta casa-escuela-estudiantes.

Encontramos diferentes factores que contribuyen al fracaso escolar de los estudiantes, entre ellos: factor económico, la falta de comunicación de padres a hijos y la metodología de los docentes.

El problema principal que confrontan los estudiantes de nuestro país, es que no emplean métodos de estudios adecuados al desarrollo y progreso de los avances científicos y tecnológicos que se aplican en el ámbito educativo.  Los fracasos educativos van en aumento y no sabemos cuándo van a disminuir como cifras negativas que perjudican al proceso educativo.  Es por eso que como docentes inculquemos desde edades muy tempranas a la aplicación y uso de métodos y técnicas de estudio que los posteriores, porque esto trae como consecuencia el bajo rendimiento académico, el fracaso escolar, la baja autoestima, la desvalorización personal y de otros además la deserción escolar en todos los niveles.

La enseñanza pública panameña se caracteriza por un alto nivel de fracaso escolar, que pone de relieve que el 70% de los alumnos de enseñanza premedia (primer ciclo) no logra superar el curso.  En el caso de la enseñanza primaria, el fracaso afecta al 40% de los estudiantes, mientras que la enseñanza media (segundo ciclo) es del 30%.


Las asignaturas que más a menudo se les atragantan a los jóvenes estudiantes panameños son el español, las matemáticas, las ciencias sociales, las ciencias naturales, física y química.


La región indígena de Kuna Yala y la provincia del Darién, registraron un 72% de fracasos escolares y la provincia de Bocas del Toro, un 66.8%.  En el capital, el índice de fracasos alcanzó al 30.4% de los estudiantes.


Algunos educadores no han comprendido que fortalecer la autoestima en un niño es lo que va a contribuir a generar hombres del mañana preparados para resolver problemas concretos en la vida y que sean seres triunfadores.


Cambiar el sistema educativo panameño significa ir cambiando paradigmas y, sobre todo, a los educadores "obsoletos" "Tradicionalistas" que no han entendido que estamos en un mundo cambiante con avances constantes en tecnología y que exige mentes flexibles capaces de soportar la tensión reinante en el mundo.


Tendríamos que invertir en nuestra educación para propiciar conductas sanas, para que desarrolle hombres con una moral alta y una identidad definida que puedan dejar un legado cultural a la sociedad y un aporte al engrandecimiento de nuestro país.


Esto se logrará con capacitaciones continuas de nuestros educadores comprometidos, con el fin de que puedan percibir la importancia de incrementar la inteligencia emocional del niño y reconozcan la posibilidad de trabajar satisfactoriamente con el alumno, evaluando las herramientas personales que poseen y que les permitan hacer suyo el aprendizaje, y en un futuro descubran su profesión y de esta manera encuentren el significado de su vida.
 En otras palabras todos los docentes estamos llamados a la popular frase "Cambio de Actitud"

Como dirìa Rabindranath Tagore:
"El que acepta la tarea de enseñar y no la realiza eficazmente, causa un daño irreparable a la sociedad que le confìa su futuro"




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